Hoy día está en peligro el hombre, la persona humana. Está en peligro la carne de Cristo. ¡Ojo! Porque para nosotros toda persona, y más si está marginada, si está enferma, es la carne de Cristo. Sé que el trabajo de Caritas por los pobres, sobre todo, es darse cuenta de esto²⁶.

Nuestros planes, programas y proyectos deben incorporar el principio de imparcialidad de la ayuda humanitaria, para ello se sugiere:

1. Los planes, programas y proyectos deben contribuir a garantizar el acceso a ayuda humanitaria de todas las personas afectadas, no existiendo discriminación de índole racial, sexual, religiosa, política ni otra distinción de índole adversa. El orden de prioridad en la ayuda humanitaria será determinado únicamente en función de las necesidades a satisfacer y los recursos disponibles.

2. Implementar medidas específicas para facilitar el acceso de grupos vulnerables, especial cuidado se tendrá en facilitar el acceso a personas con movilidad reducida u otras capacidades diferentes.

3. Velar por garantizar un acceso equitativo de las personas afectadas en sitios remotos o de difícil acceso.

4. La asistencia será proporcional al sufrimiento que se propone aliviar y buscará promover la dignidad del ser humano.