El lema de la III Jornada es “La esperanza de los pobres nunca se frustrará” fue escrito en un momento de gran desarrollo económico y, paralelamente, de grandes desequilibrios sociales: grandes grupos de pobres frente a pocos con enormes riquezas; poderosos reduciendo a personas a la esclavitud por deudas, multitudes que no veían salida frente al túnel de la miseria.
Francisco nos invita a mirar a los nuevos pobres, a ver las violencias que se cometen contra ellos cada día y reconoce una “arquitectura hostil” que busca alejarlos, no verlos, hacerlos invisibles, sin presencia ni voz.
Frente a esa mirada sin esperanza, nos reanima recordándonos que el pobre es “el que confía en el Señor” y esa certeza es la que alienta la esperanza. La esperanza de que Dios actúa siempre a favor de los pobres como el que escucha, protege, defiende, salva…
“La opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha” (Evangelii Gaudium 195) es prioritaria para alentar la esperanza. La caridad no es solamente asistencia, es creer con y desde los pobres, que podemos efectivamente anunciar el Reinado de Dios, que ya está en medio nuestro animando a la Justicia, la Paz y la Verdad.
En este marco, los invitamos a revisar el documento elaborado por la Comisión Nacional Justicia y Paz denominado "Equidad y Desarrollo en Chile: Los nuevos rostros de los excluidos", presentado en 2016 y que en el momento histórico que vivimos, bien vale la pena trabajar con nuestras comunidades y familia.
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
CECh, 11-11-2019
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