La sencilla ceremonia protocolar de entrega se efectuó en uno de los salones de la parroquia San José, donde el sacerdote Luis Camacho y miembros del equipo saludaron a los beneficiarios presentes. Luego, cada uno de ellos firmó el acta de recepción de las llaves, y a continuación se procedió a compartir un desayuno.
En el mensaje inicial, el sacerdote indicó que “este signo protocolar de la entrega de las llaves, por un lado significa un término de un proceso, y por otro implica un inicio para cada una de las familias, en un lugar más digno donde puedan crecer, siendo mejores cada día. Asimismo, les entrego los saludos de Monseñor Ezzati, con quien se inició este gesto de cooperación; de Monseñor Ossandón, administrador apostólico, de la Sra. Gabriela Gutiérrez, secretaria ejecutiva del área de pastoral social, y de todos quienes intervienen en esta iniciativa. Les agradezco por no bajar los brazos y ser perseverantes. En este caminar no están solos. No tan sólo de palabras sino de hechos concretos, estamos ahí. Esperamos acompañarles en lo que deseen emprender”.
En medio de este significativo gesto, el Vicario Parroquial de Curanilahue se contactó con radio Nahuelbuta, donde comentó en directo este hecho. Es un gran motivo de alegría, señaló, “por gente no tan sólo contenta, sino gente que ve cómo se realiza lo que se le promete, la alegría tiene como fundamento la realización de promesas que se cumplen, etapas que van llegando a su culminación y que al mismo tiempo ayudan a descubrir la importancia que tenemos como seres humanos, la dignidad propia de cada uno, que está hecha a imagen y semejanza de Dios. Pero no es tan sólo una alegría humana o sentimental, sino también un gozo en Cristo, por cómo vemos que el anuncio del Evangelio implica preocuparse de la persona, y en esa integración ver si podemos aportar con un granito de arena en el ámbito social, haciendo palpable cómo Cristo utiliza diversos instrumentos para decir que está ahí con nosotros, a pesar de las desgracias, que no estamos solos, que tenemos un conjunto de redes que hacen las cosas y ayudan a perseverar, a mirar la realidad con otros ojos. Esperamos que estas instancias sigan permaneciendo en toda nuestra Arquidiócesis”.
A continuación les entregamos testimonios de dos beneficiarios del proyecto en Curanilahue.
Alejandro Fontalba
“Ciertamente ya ha pasado un año casi, y nuestras caras han ido cambiando, después de la tristeza, de la desesperación, hemos visto que ha habido una institución y que todas las cosas son movidas por Dios, que nos ha acogido. Pensamos que Dios hace las cosas y las mueve por caminos misteriosos, y ha sido Él quien ha preparado a este grupo para que tendiera la mano a un sector muy alicaído de Curanilahue, generando una mejor expectativa para sentar las bases de un nuevo hogar. La casa, la parte física, es importante, pero cuando la habitemos le daremos vida, con nuestra vida y la bendición de Dios”.
Juana Carrillo
“Es un sentimiento muy gozoso, porque hemos recibido estas llaves de nuestra casa propia este beneficio que ha llegado desde muy lejos… son muchas emociones porque por fin vamos a tener una casa digna, que esperábamos mucho por lo que nos sucedió. Le doy gracias al equipo de Caritas, a todos los que nos ayudaron y nos siguen ayudando”.
Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 15-02-2011